Hay pocos lugares en el mundo con un pedigrí tan ilustre. Fundado en 1770 por William Fortnum y Hugh Mason,
FORTNUM Y MASON es el epítome de la "
britanicidad".

Un lugar plagado de certificaciones reales, es un destino absolutamente obligatorio para todos los sibaritas y "gourmets" de la tierra.

Aqui se encuentran los mejores quesos no solo ingleses sino de todo el mundo, las mejores conservas, los mejores tés, los cafés, las magníficas mermeladas inglesas, los chutneys, las galletas, los deliciosos bizcochos tradicionales de la casa y sobretodo las famosas, tradicionales y decadentes trufas de chocolate. . Todo envuelto y presentado con el lujoso y tradicional estilo de la casa.




Además de esas maravillosas vitrinas llenas de caramelos, chocolates y "cakes", tenemos los mejores adornos de Navidad del mundo (que al igual que su rival HARROD'S, los tiene a la venta durante todo el año). Por mucho que hayas visto, que hayas viajado y que hayas conocido, la experiencia de Fortnum y Mason no deja nunca indiferente y se graba en la memoria como una de las experiencias más intensas de la vida.


Ricamente decorado, la planta baja y el primer piso dedicados a la alimentación han sido desde siempre la atracción principal de la tienda con sus mostradores de pescado fresco singularmente decorados, su sección de frutería más parecida a una joyería de lujo que a un establecimiento de alimentación y sus encopetados dependientes cortando los embutidos y fiambres con inmaculados guantes blancos y una cierta altivez en su mirada.

En 1964 su propietario Garfield Weston instaló su tradicional reloj de cuatro toneladas en la entrada principal. Cada hora las imágenes de William Fortnum y Hugh Mason emergen del interior del reloj y se miran el uno al otro mientras una sonajeria del siglo XVIII toca de fondo para aviso de sus clientes.

GEORGE adora las cestas de picnic, -especialidad sinigual de la casa-. Sus visitas a Londres siempre tienen una tarde dedicada a una merienda en Saint James Park y en Fortnum y Mason son especialistas en esta materia. Sus "picnic hampers" son lo más de lo más entre las clases altas londinenses y desde la época victoriana surten a todo la "high class" en las regatas de Henley y las carreras de Ascott, (en ellas nunca puede faltar el queso stilton, champagne y el salmón ahumado salvaje.)


De todos modos, si no deseáis recrearos con una tarde campestre, vale la pena vivir la experiencia gastronómica con un té de la tarde en el restaurante (el mejor sin duda después del del HOTEL SAVOY -ahora cerrado por una reforma integral que, esperemos, no destruya su leyenda-).

El restaurante Saint Jame's (en la última planta, -no confundir con el de la planta baja, para turistas-) ofrece la mejor experiencia de la tradición británica a la hora del té:panecillos, emparedados exquisitos de pepino, pastelería excelsa... todo lo imaginable. Y rodeado de un ambiente decadente y a la vez maravilloso; un mundo de ladies y damas inglesas sexagenarias e incluso octogenarias mostrando a sus nietos y nietas -herederos de una tradición finisecular- el verdadero sentido de la vida...

Al lado de esta institución, algunos famosos almacenes españoles son el colmo del mal gusto y de la ordinariez. Hay quien lo encuentra algo pasado de moda aunque... ¿alguna vez la esquisitez ha pasado de moda?
fotos extraídas de 11870.com y www.thisisthelife.com