"Hoy me siento orgulloso porque cumplimos treinta años. Hoy me siento orgulloso porque vamos hacia el futuro sin renegar del pasado".

Con estas palabras, hace un año
JAVIER DE LAS MUELAS celebraba los 30 años del nacimiento de un icono de la Barcelona de la modernidad. Nacía el
DRY MARTINI.

Tras viajar y conocer mundo nacía uno de los bares más emblemáticos del mundo. El
DRY MARTINI es -con su inefable estilo inglés- todo un refugio del cosmopolitismo del planeta: cuero, maderas oscuras, latón... toda una puesta en escena para que una de las mejores coctelerías del mundo deslumbre no solo por su impecable estilo decorativo sino por la gran calidad del producto resultante.


Quien lo conoce reconoce que -en un momento u otro de su vida- se ha quedado extasiado ante el espectáculo lleno de vitalidad y energía que ofrecen las botellas heladas de ginebra escanciadas en un vaso mezclador lleno de cubitos, cocteleras de alpaca batidas por sabias manos, camareros en movimiento, canapés, rábanos en vinagreta y el murmullo de conversaciones a partir de la segunda copa. Como si de un templo pagano se tratara el
DRY es un ritual sacrosanto de bebidas espirituosas mezcladas por manos divinas.


Todo comenzó en 1979 con el nacimiento -la noche del 31 de diciembre- del todavía en activo
GIMLET de la calle del Rec en el barrio del Born de Barcelona. Tiempos de cambios en la sociedad y en todo un país. Después llegaron otros locales míticos: el
GIMLET de la calle Santaló,
NICK HAVANNA, CASA FERNANDEZ... pero el
DRY MARTINI sigue siendo la verdadera institución. La catedral del buen gusto en las copas y en la vida.




Y como si se tratara de una prologación del mismo nació un espacio secreto y camuflado. un templo de la buena cocina y del buen gusto: el SPEAKEASY.


Sin rótulo en la entrada, sin anuncios.
SPEAKEASY es un reservado convertido en restaurante solo conocido por iniciados que, inspirado en los locales clandestinos de las ciudades norteamericanas durante la ley seca, nos ofrece una cocina nueva y de alto nivel.




Se encuentra en el almacén del
DRY MARTINI y se accede por una puerta trasera a la que se llama susurrando la contraseña a través de una mirilla. En el interior encontraremos un comedor rodeado de estanterias llenas de botellas de alcohol iluminadas y una gra mesa comunitaria donde -a modo de rito de iniciación- te servirán un
DRY, la bebida "oficial" de este templo del buen gusto.

Una cocina a la vista del público pero separada por una mampara de cristal será, junto a una excelente cava de puros los diferentes espacios que podremos contemplar dentro de este lugar. un lugar que debéis conocer y que GEORGE os asegura que no os defraudará en absoluto.

Al terminar deberéis regresar al DRY y tomaros un buen cóctel a su salud, en cualquiera de las mil y una versiones que hoy podemos disfrutar gracias a su inventiva inigualable: collins, sours, mojitos... o sus nuevas versiones de coctelería comestible, en texturas de gelatinas, sus versiones heladas para los días calurosos, sus versiones sin alcohol o bajas en calorias...

Todo un mundo increíble de sensaciones mientras una cálida y envolvente música de jazz invade vuestros oídos. Pronto no sabréis si se trata de un sueño o estáis viviendo una realidad paralela. Tal vez esta sea su magia. La magia que un día, hace ya treinta años, supo crear el gran JAVIER DE LAS MUELAS. ¡Felicidades maestro!

Fotos extraídas y para más información: