En esta región hallamos 3 Paradores Nacionales muy distintos entre sí. Cada uno con una singular belleza y una indiosicrasia propia debido a su ubicación.
El PARADOR DE LIMPIAS está ubicado en la finca del Palacio de Eguilor. Fue sede veraniega del Consejo de Ministros de Alfonso XIII que pasaba los estíos en el montañés Palacio de la Magdalena, en la señorial ciudad vecina de Santander.
Constituye el Palacio un bloque de piedra con cuatro pequeñas torres en las esquinas que no destacan por su altura. Construído en estilo rústico, con mampostería en sus muros y una portalada con reminiscencias modernistas.
La finca cuenta con un parque con un arbolado centenario, diverso y espectacular, situado en una zona de alto valor ecológico. La proximidad con Santoña -sus míticas anchoas- y la cercanía con la capital montañesa le da un valor añadido excepcional.
Su nueva decoración es toda una lección de estilo que pasa desde los muebles "art-decó" hasta los últimos diseños contemporáneos, con toques de Alvaar Aaltö o Le Corbusier.
Al abrigo de los Picos de Europa hallamos el PARADOR DE FUENTE DÉ, abierto al fértil valle de Liébana y muestra la naturaleza en total libertad. Rodeado por la vertiginosa verticalidad de los Picos, sus bosques y sus laderas, la comarca se disgrega en bellísimos pueblos de montaña.
El edificio se sitúa junto a la base del teleférico que sube al mirador de Áliva, en un privilegiado punto de encuentro para los amantes de las actividades de naturaleza.
Su decoráción -clásica de montaña- con cálidos muebles de madera y cuero recrean el calor de los hogares montañeses y su restaurante nos permite degustar platos tan entrañables como el cocido lebaniego o el queso de Tresviso. Sin duda un parador para descansar del mundanal ruído.
SANTILLANA DEL MAR es sin duda una de las poblaciones más bellas del mundo. Su encanto de calles tranquilas -los días de diario- y sus noches de verano, al abrigo de bellísimas casonas y palacios de los siglos XV al XVIII le dan una característica muy determinante que la convierten en terriblemente popular a juzgar por los miles de forasteros que la visitan cada año. Fue declarada toda la villa Monumento Nacional. Sin duda su total cercanía con las CUEVAS ALTAMIRA todavía le han conferido más popularidad.
La bella casona de los Barreda-Bracho es el orígen del PARADOR GIL BLAS (posteriormente ampliado con otro edificio cercano). Un enorme portón de madera y su singular decoración tradicional le confierenuna prestancia y un estilo inigualables. Sin duda -GEORGE lo atestigua- es uno de los Paradores más bellos de la red.
Habitaciones confortables y acordes con el estilo de la villa. Su tranquilidad en las noches, ya sea en sus recoletos salones como en su deliciosa terraza de verano son marcas de identidad de su singular ubicación.