jueves, 21 de agosto de 2008

HOTEL SORRENTO, LA VIEJA EUROPA EN EL EXTREMO DE AMÉRICA

Por fin llegamos a la ciudad esmeralda. Pero es cierto que las largas horas de viaje y el cansancio pueden hacer mella en nuestras almas e invadirnos una cierta nostalgia por la lejana y vieja Europa.



Para esta situación, GEORGE tiene la solución perfecta. En pleno centro de la ciudad de Seattle, hallaremos, como si de un oásis se tratara, de un lugar en el que los sueños se hacen realidad. Se trata del HOTEL SORRENTO.





Enclavado en el 900 de Madison Street, este hotel, inaugurado en 1909 es el más antiguo de la ciudad y, sin lugar a dudas, el que posee más encanto a todos los niveles.






Desde sus inicios fue el hotel preferidos de la "high society" norteamericana. Por sus suites pasaron y se alojaron los Vanderbilt, Baillard, Guggenheim y Rockefeller.






Por sus vastos salones con otomanas de viejo dorado apagado cantaron Billy Holiday y Betty Hall. Henry James admiró los muebles de caoba de sus habitaciones y los pudientes adoraron su suite Penthouse, con sus 600 metros cuadrados, su piano de cola y la espectacular vista a la bahía Elliott.





El hotel tiene solo 76 habitaciones, a las que vuelven una y otra vez los clientes que se sienten en él, como en su casa. Alejado lo suficientemente del centro como parecer un lugar verdaderamente privado. Esa lejanía no es inconveniente: el hotel presta un servicio de vehículos privados a todos sus clientes para acercarlos al centro, por otro lado, a tan solo siete bloques del Centro de Convenciones y a diez manzanas del Pike Place Market.




Restaurado totalmente en 1995, su bello estilo renacentista destaca en la ciudad. Su famosa entrada circular, con la hermosa fuente europea, hasta el ajedrez de caoba de uno de los salones... todo invita a dejarse llevar por el tiempo.



GEORGE adora relajarse plácidamente en los salones del hotel con un whisky de malta o un dry martini en la mano mientras contempla a través de los ventanales como cae la suave llovizna y espera impaciente la hora de la cena, en la que degustará en el Hunt Club -el restaurante del hotel- una deliciosa y clásica cena preparada por el chef Brian Scheehser entre sus clásicas paredes forradas de ladrillos vistos y maderas oscuras.

En resumen: un hotel aristocrático en el que sentirse un poco más cerca del hogar y en que tanto visitantes como habitantes de la ciudad disfrutan de una estancia agradable y productiva.





Para más información:

es.ulises.com














2 comentarios:

Anónimo dijo...

EL HOTEL ES MUY MONO Y MUY CARO. (lO HE MIRADO EN SU PÁGINA WEB.)

¿Alguien me puede indicar de más económicos?

Anónimo dijo...

El club de admiradores de GEORGE en Seattle nos podría informar un poco sobre el hotel.