lunes, 27 de abril de 2009

WHISKY , DESTILADO DE DIOS

La palabra WHISKY tiene su origen en una palabra gaélica "uisge beatha" que significa "agua de vida". El gaélico era una variedad del idioma celta hablado en las tierras altas de Escocia.

Desde tiempos antiguos se conocen los secretos de la destilación, pero el resultado era rudo y no apto para el consumo humano. Poco a poco el sistema mejoró y se comenzó a destilar uva y en las zonas altas -como Escocia- los cereales.


Es muy probable que los monjes ya dominasen el arte de la destilación en el siglo VI. Lo usaban para fines médicos o para la conservación. Los primeros escritos que nos hablan de él se remontan a 1405 en Irlanda y a 1496 en Escocia.


Sin duda para los gaélicos el whisky era tan común e importante como el pan. Se usaba para todo: para no tener frío, para coger fuerzas, para consumir en reuniones sociales, como analgésico para las mujeres que daban a luz, para desinfectante en cortes...


No fue hasta muchos años después que el líquido claro que salía del alambique comenzó a guardarse en barriles de madera. Allí comenzó el WHISKY tal como hoy lo conocemos.


El primer paso de la elaboración es la limpieza de la cebada, que se empapa con agua y se la deja germinar durante un periodo de 12 a 15 días. Con la germinación el almidón de la cebada se prepara para transformarse en azúcar. Se transporta a los hornos para su secado mediante la turba -ingrediente combustible vegetal que le aporta aromas-.



A continuación se muele y se mezcla con agua en una caldera de remojo y se obtiene un mosto que se deja fermentar durante 48 horaz y en el que el azúcar se transforma en alcohol. A partir de ese momento comienza la destilación que separa el alcohol de los residuos.



A continuación vuelve a destilarse obteniendo un alcohol de 58 grados que se reduce con agua hasta los 55 grados.


Finalmente envejecerá en barricas de roble en las que previamente se ha criado Jerez español o Bourbon.


Hay dos tipos de WHISKY: el de malta que está elaborado unicamente con cebada malteada y el de grano que se elabora con cebada u otros cereales sin maltear.


Los whiskys no maduran en botella, sólo en barril, por lo que la edad del whisky es el tiempo entra destilación y embotellamiento que es lo que provoca su composición química y su sabor.



Los whiskies escoceses son, por lo general, destilados dos o incluso tres veces. Debe realizarse según los estándares marcados por la Orden del Whisky Escocés que ordena las diferentes fases y pasos que debe seguir el destilado, tales como el tipo de agua y cebada, el grado de alcohol por volumen, el tipo de barricas, la capacidad de las mismas y la antiguedad del destilado.



Desde 1689 unas 750 destilerías han obtenido licencia en Escocia. La gran mayoría de éstas ya han cerrado. Hoy quedan unas 91 en activo.


La palabra whiskys cree que fue acuñada por los soldados del rey Enrique II quién invadió Irlanda en el siglo XII por lo que la pronunciación "uisce" cambió a "whiskey" y de allí a "whisky".




Whiskies hay muchos, desde el irlandes -whiskey-, pasando por el americano -bourbon-, el galés, el canadiense, el alemán, español e incluso el japonés o el indio pero solo el SCOTCH WHISKY, es decir, el whisky elaborado en Escocia, merece la atención de GEORGE.


GEORGE reconoce que no es uno de sus destilados favoritos (se inclina más por el brandy o las ginebras de calidad, pero nunca rechaza la posibilidad de saborear un espléndido irish cofee o un whisky sour preparado con todo el ritual y el cariño que un bárman de prestigio y profesionalidad sabe imprimir.

Resistirse al placer de saborear un buen SCOTCH sólo o en compañía es un pecado mortal. Un destilado que los monjes crearon para ser consagrado a Dios siempre es bueno, en cualquier lugar y a cualquier hora. Su efecto -tomado con moderación- siempre nos será beneficioso.


Para más información:

4 comentarios:

MANOLO dijo...

Hay que ver que no te privas de nada!!

Ahora me hablas de wisky.

Es lo emocionante que tiene este blog, que pasas de hablar de colonia y de paradores a hacerme un discurso sobre perfumes y después de zapatos. Es como estar montado en un dragon kan de cosas caras y alejadas de mi vida (será por eso que me atrae tanto este blog.)

Yo soy más bien de cubatillas de ginebra (de los que, gracias a los consejos expertos tuyos ahora diferenció y exigo a Manolo que todo sea de p.m.)

Reconozco que si mi cuñao me invita a un GLENROTES o un CARDHU después del arroz de los domingos o como punto final de la calçotada no le hago ascos porque primero soy educado y segundo donde esté una copita que se quite todo (ya se que los Chungos de Escuadra dicen que no, pero eso lo dicen ellos porque son más estiraos que la pata de una silla.)

Muy interesante todo esto de la destilación y las fotos del post son guapísimas.

Ya estoy ansioso para ver con que nos sorprendes en la próxima entrega.

JEAN LUC dijo...

Las fotos que ilustran el "post" (estoy de acuerdo por una vez con MANOLO) son bellísimas.

Sobre el whisky me gusta con un poco de soda (si, ya sé que es una aberración) y dos cubitos de hielo a media tarde unicamente.

Cada uno tenemos nuestras manías.

ORIOL dijo...

Me encanta un buen whisky de malta al calor de una chimenea mientras una musica suave y envolvente susurra en mis oidos...

Intresante propuesta, sin duda.

Anónimo dijo...

A mi también me gustaría, si me lo pudiera permitir, claro!