lunes, 26 de mayo de 2008

PRIMAVERA EN LISBOA

Llega la primavera y GEORGE, como todos los años, gusta de pasar unos días en la bella capital lusa. Los últimos días de mayo o bien los primeros días del otoño son los preferidos de GEORGE para dejarse embriagar por esa saudade portuguesa que llena de nostalgia el alma de los seres sensibles y amantes de la belleza.


GEORGE gusta de pasar esos días en un maravilloso hotel, que si bien no se encuentra en el centro de la capital, se aleja afortunadamente del bullicio siempre presente de la ciudad y se refugia en un paraje de una belleza singular.


el Hotel PESTANA PALACE de la Rua Jau, 54 de la capital lusa es un maravilloso monumento nacional (asi ha sido declarado por el Gobierno) de 190 habitaciones rodeado de unos jardines tan frondosos como decadentes.



Bellísimos salones, una doble escalinata en mármol de carrara que conduce a las habitaciones -todas distintas- y unos servicios que han sabido aunar la belleza intemporal de otros tiempos con los mayores avances teconológicos hacen de este lugar un refugio imprescindible para todo ser amante de la belleza que huye del hacinamiento y de la vulgaridad.



El hotel se encuentra situado a quince minutos en limusina de la plaza del Rossío, el epicentro de la capital y a menos de treinta minutos de la capital de la costa portuguesa: Estoril.




Sus impresionantes vistas sobre el río Tajo hace que los amaneceres en este paraje se conviertan en un espectáculo difícil de olvidar.




El hotel cuenta con un restaurante de primerísima categoría: Valle Flor, donde degustar el inigualable y nunca superado recetario de los bacalaos, verdadera institución del país del fado.


En primavera el hotel abre para sus huéspedes la "Casa do lago", un delicioso pabellón oriental del siglo XIX donde podemos desayunar o tomar al mediodía comidas ligeras. En el bar "Allegro" podremos degustar los mejores cócteles de la ciudad o tomar un tentempié.


Siempre en vanguardia, el hotel ha inaugurado hace pocos años un Centro Bienestar dotado de piscinas interiores y exteriores, jacuzzi, saunas, baños escoceses, baños turcos y un centro de belleza de primera magnitud. A pocos metros del hotel encontramos tres campos de golf de 18 hoyos.


Una copa de bienvenida te recibirá a la llegada a este "refugio del guerrero" donde la discrección es norma y la tranquilidad su sello de identidad.


Si no conoces esta bellísima ciudad, a medio camino entre la innovación y la decadencia esta es una magnífica oportunidad. Una semana en ella te dará la oportunidad de disfrutar de sus monumentos y sus maravillosas gentes y al mismo tiempo disfrutar de sus alrededores, verdaderos retazos del paraíso original.


GEORGE es un completo adicto a ella. ¿Lo serás tú también?


Para más información: http://www.splendia.com/


5 comentarios:

Anónimo dijo...

el hotel es una chulada, pero la piscina... ohhhhh!!! ES DE ENSUEÑO!!

Anónimo dijo...

Mi querido George: compruebo día a día que somos auténticas almas gemelas. En tu gusto por los hoteles veo que -al igual que yo- huyes como Drácula de los crucifijos, de todo lo que sea austeridad, minimalismo y new fashion.

¡Hay almas que nacemos barrocas!

Anónimo dijo...

VEO UNA TENDENCIA AL MÁS ESTRICTO CLASICISMO EN ESTE BLOG. GEORGE, POR LO QUE VEO NO ES NADA MINIMALISTA.

Anónimo dijo...

Deliciosa ciudad y maravilloso hotel. A mi me encanta Lisboa sobretodo en otoño.
Perderme durante dos o tres días por el chiado, emococionarme con los fados auténticos y deleitarme en "Conventual" con un bacalao a bra o a Gomes de Sa.

Que melancólica me estoy poniendo!

Anónimo dijo...

Puedo asegurar que es muy distinto del HOTEL MUNDIAL en el que estuve el verano pasado.