lunes, 8 de septiembre de 2008

LE TRAIN BLEU, LA NOSTALGIA DE LA "BELLE EPOQUE"

Situado en el corazón del interior de la elegante estación de Lyon -en el primer piso- LE TRAIN BLEU continua siendo, a pesar de sus 107 años de historia, un lugar de referencia dentro de la gastronomía parisina.

Construída la estación en el lugar de la anterior, destruída por un incendio, en ocasión de la Exposición Universal de 1900 por la Compagnie París-Lyon-Méditerranée (PLM), el restaurante se convirtió desde el primer momento en foco de atención de todo gastrónomo de pro.


GEORGE, como anteriormente Coco Chanel, Salvador Dalí, Brigitte Bardot, Jean Cocteau, Jean Gabin, Alain Delon, Jean Vilar, Gerarde Philippe y otros, adora sentarse en una de sus mesas y saborear su magnífica cocina elaborada por André Signoret (anterior chef del Hotel du Crillon) mientras su vista se extasía hasta el paroxismo ante la increíble decoración "segundo imperio" perfectamente conservada y que André Malraux, durante su etapa como ministro de Cultura francés en 1972, decidió convertir en monumento nacional para disfrute de generaciones venideras. Dos salones recubiertos de dorados plafones, molduras, cornucopias, techos altos, grandes ventanales y 41 pinturas al fresco. Los ojos no dan crédito a tanta belleza.


Su alta cocina, elaborada con productos de primer orden da prioridad a la calidad y la elaboración, dejando un poco de lado las nuevas tendencias tan cacareadas por la nouvelle cuisine promulgada en su momento por Paul Bocusse. Platos estrellas son las quenelles de brochet aux écrevisses avec sauce Nantua. Las cotelettes d'agneau rôti en foyot, el increíble steak tartare picado a cuchillo ante los ojos del comensal, el magnífico foie gras, el salmón salvaje ahumado, los escargots a la bourginone y en cuanto a los postres existen golosos del mundo entero que peregrinan para degustar su baba au rhum "Saint James" (el ron de Martinica, el preferido de GEORGE) y también su tarte vacherin au meringue.


Su bar anexo, en madera de cedro y tapicerías burdeos es un lugar muy confortable gracias a sus butacas club y un servicio absolutamente impecable. Los cinéfilos recordarán el lugar pues se utilizó en el rodaje de la película "Nikita" de Jean Luc Besson.


Tanto si esperas para partir de la nostálgica estación como si eres un ciudadano del mundo de paso por la ciudad luz, vale la pena disfrutar de una comida o una cena en LE TRAIN BLEU. ¿Su precio? Más de lo conveniente y menos de lo que esperabas en una de las ciudades más caras del mundo. Vale la pena.

Fotos extraídas y para más información:


7 comentarios:

Anónimo dijo...

GEORGE, ERES VERDADERAMENTE UN MUY MALO CONMIGO!!! TE VUELVO A REPETIR QUE ESTOY A DIETA Y ESTOS ARTÍCULOS ME DEJAN DESTROZADA ANÍMICAMENTE!!!!!!!

Anónimo dijo...

no hagas sufrir a mi señora GEORGE que se me pone mala y luego la paga conmigo. Hablando de otra cosa, desde luego el restaurante este es muy guai ¿sabes si hacen menu del día?

Anónimo dijo...

Tanto dorado me atragantaría la bullabesa.

Anónimo dijo...

ME GUSTA MAS "JULIEN", "LA COUPOULE" O "BOFINGER". SON TAMBIEN ESTÉTICA BELLE EPOQUE PERO SU CARTA TIENE MUCHO MÁS NIVEL, SINCERAMENTE.

Anónimo dijo...

¿Alguien me podría informar de que tal es la calidad del restaurante TAILLEVENT de París?

Anónimo dijo...

No vayas Paco. Caro, caro, caro y calidad irregular.

yanmaneee dijo...

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